Johnny Ledbetter nunca había pensado en dedicarse a la recuperación de suelos. Hace tres años, mientras trabajaba como electricista en Georgia (EE.UU.), compra un terreno baldío y decide desbrozarlo él mismo. Para ello alquila una mini cargadora y se pone manos a la obra.
Sin quererlo, su trabajo llama la atención de la gente. "Comencé eliminando los árboles, luego construí un camino de entrada, puse grava y, mientras tanto, la gente pasaba por allí", dice Johnny.
“Me preguntaban quién estaba haciendo ese trabajo, y les respondía que… lo estaba haciendo yo, aunque en realidad era un electricista. Poco después, comencé a recibir ofertas de trabajo y a eliminar algunos árboles por encargo. Para ello alquilé los equipos necesarios y descubrí así una actividad que me gusta”.
En esa época, Johnny utilizaba una excavadora de cuchara. Para mejorar su eficiencia, decide invertir en una trituradora. Por lo que se pone en contacto con Bill Green de John Deere y adquiere una mini cargadora 333G y una trituradora forestal con rotor de dientes fijos FAE UML/SSL-150.
“Con estos equipos abrí mi empresa, la Ledbetter Land Solutions, y estoy seguro de que fueron la clave para diferenciarme de la competencia. Para mí, FAE y John Deere son las máquinas que proporcionan los mejores resultados. Busqué y me informé a fondo y FAE es simplemente el mejor equipo del mercado. La calidad de las máquinas, el servicio de asistencia, la disponibilidad de piezas de recambio: todo es realmente excelente".
Johnny lleva tres años usando su combinación de máquinas favoritas. El 80-85% de sus trabajos son de recuperación forestal y para crear caminos de entrada con una capa de grava, pero ocasionalmente también se encarga de canalizaciones y de realización de vados para entrada de vehículos.
“Hablando de productividad, si trato un material homogéneo (por ejemplo, ramas y arbustos de tamaño parecido) puedo trabajar aproximadamente una hectárea al día, un poco menos si el material forma un espeso manto. Si, por el contrario, se trata de hierba o de un campo que no se ha segado desde hace mucho tiempo, se pueden trabajar unas 1,2 hectáreas, incluso más si la hierba es muy fina", remarca Johnny.
En cuanto a los costes de gestión, Johnny llena el depósito antes de comenzar cualquier trabajo: son unos 114 litros, que le duran todo el día.
“Recientemente me he ocupado de la recuperación de cinco parcelas de tierra para el condado de Gordon. Querían vender propiedades completamente yermas por lo que era necesario mejorar su aspecto. En el interior de estos terrenos también había árboles con troncos de 20 cm de diámetro. Eliminé la vegetación y la reduje a un material fino: inmediatamente me solicitaron un presupuesto para otros trabajos de mantenimiento para mantener a raya las malas hierbas. Con la mini cargadora he trabajado en áreas muy vastas, mientras que con la excavadora he realizado zanjas de drenaje y de alcantarillado: se trata de uno de los mayores trabajos que he llevado a cabo".
Pero ¿qué se necesita para tener éxito en este sector?
"Sangre, sudor y lágrimas", responde riéndose Johnny. “Tienes que apreciar el servicio que ofreces, entender en qué se puede convertir un terreno baldío. Hay que saber hacer un presupuesto y, para ello, no basta con hacer una llamada telefónica o buscar en Internet. Hay que ir allí, entender el tipo de trabajo que se debe llevar a cabo y proponer un precio a medida para el cliente, en función de sus objetivos”.
Es este esmero en el servicio y el orgullo por el trabajo desempeñado lo que de verdad marca la diferencia para Ledbetter Land Solutions.
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